El tic-tac de las agujas del reloj interrumpía el silencioso ambiente de la cocina. Parecía que el tiempo se había detenido para dejarle reflexionar acerca de todo aquello que atormentaba su pensamiento. Cogió una taza del mueble y se apoyó sobre la encimera. Movía despacio la taza de un lado a otro. Hoy no olía a café. B lo preparaba siempre, pero hoy lo había olvidado. ''No es perfecta'' susurró en voz alta. Dejó la taza sobre la encimera. No tenía apetito.
Hoy tenía el día libre, pero no sabía a qué lo podía dedicar. Últimamente, su vida era monótona. Estaba acostumbrado a hacer lo mismo continuamente. B era poco original, divertida a su manera, y bastante tranquila. Al regresar a casa lo que más le apetecía era ver una película tumbada en el sofá, cenar las sobras del día anterior, darse un relajante baño con sales minerales, y sobre todo, que él le prestase toda su atención.
Echaba de menos su anterior vida, y sobre todo a ella. Odiaba la pesadez de las personas, ya que, se consideraba un chico independiente y liberal, pero cuando ella le llamaba para hablar o para estar con él, no había ningún problema, aceptaba encantado.
No era la relación perfecta, pero su compenetración era tal que no les hacía falta hablar para saber en qué estaban pensando, se comunicaban con la mirada. Cuando uno de los dos estaba mal, el otro siempre estaba a su lado, apoyándole y animándole a continuar. Se contaban todo, ya que, se entendían a la perfección y sabían que cualquier consejor que se pudieran dar iba a ser sincero y útil.
Se arrepentía de los últimos días que habían pasado juntos. La dejo de lado por aquella chica en apariencia perfecta que conoció mientras buscaba trabajo. En un principio se ilusionó tanto que no pudo evitar apartarla un poco. Para él, seguía siendo su compañera de aventuras, su confesora, su fiel amiga, pero ella sentía algo muy diferente y no podía seguir con aquella relación.
Había quedado con B para tomar algo cuando le sonó el teléfono. ''¿Por qué me tiene que interrumpir ahora?'', pensó. Quería verle urgentemente, tenía algo importante que decirle y no podía esperar. A pesar del enfado de B, decidió quedar con ella, quería saber de que se trataba siendo tan urgente.
Llegó al sitio donde siempre solían hablar, aquel rincón que tanto les gustaba y donde acostumbraban a pasar grandes momentos. El parque era grande, pero ellos preferían el pequeño estanque, en el que siempre había preciosos cisnes, gente en barcas, jóvenes en bicicleta,...
Para su extrañeza, ya le estaba esperando. Era una chica impuntual, por más que se esforzaba nunca conseguía llegar a tiempo a ningún sitio, sin embargo, ahi estaba, sola bajo el bonito atardecer. Parecía triste y la escena conseguía apenarla aún más. Sentada al borde del estanque, mirando a los cisnes que nadaban y al horizonte sin parpadear.
Se acercó lentamente y le dió un beso en la mejilla. ''¿Qué ocurre?, ¿Por qué tanta prisa?'', le dijo algo nervioso. Ella, con lágrimas en los ojos que intentaba retener solo pudo decir una frase antes de romper a llorar: ''Mañana me voy, no se por cuanto tiempo, realmente no se si volveré''. Él se quedó atónito, no se lo esperaba. Al escuchar eso, sintió que toda su energía se esfumaba, no sabía ni qué hacer, ni qué decir. Se quedó mirando el agua mientras ella lloraba sin consuelo. ''¿Por qué no me lo has dicho antes?''. ''Estabas demasiado ocupado con B. Siento decir esto pero esa es la razón por la que me voy, no puedo soportalo más, estoy enamorada de ti, y aunque quiero que seas feliz, soy inacapaz de verte con otra persona que no sea yo. Se que es algo que no decides tu, que no puedo obligarte a que me quieras, pero no puedo controlar esta situación, me estoy haciendo mucho daño a mi misma, y necesito desaparecer por un tiempo, al menos el tiempo suficiente como para olvidarte''.
A veces se había planteado eso, pero nunca había imaginado que aquella gran amistad terminaría de esa manera. Entendía que ella lo estaba pasando mal pero él no tenía la culpa. No quería que se alejase, al menos de esa manera, pero tampoco la quería retener. En ese momento, no sabía que era lo que le podía ofrecer. B, había pasado a ser su principal prioridad. Quizás estaba siendo egoista, pero ahora eran B y él, no había ni espacio ni tiempo para su amiga.
Ella, en el fondo, quería ver su reacción, quería desengañarse. Sabía que no iba a mover ni un dedo para imperdir que se marchara. Lloraba sin consuelo con la esperanza de recibir algún tipo de muestra de cariño, un abrazo, un beso, una caricia, no pedía más. Aunque era consciente de que no la amaba, pensaba que la apreciaba como persona. Al no recibir ninguna muestra de cariño, se levantó. A continuación él hizo lo mismo.
Se fundieron en un fuerte abrazo, se dijeron adios y ella le besó la mejilla. ''Hasta pronto, ¿No?'', dijo él sonriendo. ''Eso espero'', dijo ella con una miníscula sonrisa en la cara.
Pasaron las horas, los días, los meses, y no se habían vuelto a ver, ni siquiera habían vuelto a hablar. Ella no le dijo a dónde iba. Sabía que no iría a visitarla, pero prefería ocultárselo de momento.
Abatido, se sentó en sillón que tenía en la terraza y encendió un cigarro. ''¿Dónde estás?, dijo melancólicamente mirando hacia el final de la calle.